Dicen que para estudiar la evolución de un sistema es preciso conocer sus condiciones iniciales; esto es lo que nos permite medir y establecer comparaciones. ¿Cuáles fueron nuestras condiciones iniciales?
Por supuesto, me refiero a toda aquella muchachada del barrio, y me temo que la situación inicial no fue muy afortunada. Este es un terreno resbaladizo, imposible de tratar sin daños colaterales, sólo abordable con los eufemismos al uso. Pongamos simplemente que el barrio fue un producto, un reflejo de aquella España gris de los 50. No entraré en detalles, pero ubicar un poblado obrero junto a una fábrica de cianamida tiene sus bemoles y un montón de mala baba.
Pero no es esta la cuestión; por alguna razón nuestro cerebro filtra los recuerdos y, en general, afloran únicamente los buenos momentos. Y creo que es aquí dónde se debe enfatizar.
Enredadas en la memoria conservo las primeras imágenes de una TV. Una tarde de domingo, pasaban creo que Ben-Hur o algo similar. Recuerdo el Casino lleno y varios mozalbetes, entre los que yo me encontraba, encaramados en la ventanas, por la parte exterior, para atisbar aquellas imágenes en blanco y negro. Fue la primera vez frente al tubo de rayos catódicos y, probablemente, la primera vez que fui consciente de la exclusión, de las categorías sociales, de los que podían entrar y de los que no podían entrar....Definitivamente, es necesario reflexionar sobre las condiciones iniciales de cada cual.
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