Resultaba frecuente en aquellos tiempos, un corte en el fluido eléctrico y el inevitable “se fue la luz”; sucedía a cualquier hora, en cualquier momento, por una y otra razón. Me intrigaba esa frase, incluso me asomaba a la ventana: ¿dónde se fue la luz?. Comenzaba el baile de las velas, la cera derretida, y de repente, volvió la luz. ¿Qué era eso que iba y venía a su antojo?. Enciende la luz, apaga la luz, da la luz...Va y viene, se enciende y se apaga...Además, estaba aquello que contaba el cura de turno, el hágase la luz, el tenga Vd. fe...
Hoy en día, afortunadamente, apenas hay cortes en el suministro eléctrico y las viejas frases van dejando paso, lentamente, a otras más precisas, ligadas al verbo interrumpir: abre el interruptor, acciona el pulsador...frases que tampoco explican qué es la luz, tan sólo nos hablan de interrumpir o no la causa que permite que una bombilla incandescente emita luz. Por otra parte, a muchos niños ya no les cuentan la milonga del hágase la luz...
No disponemos aún de suficientes certezas sobre la luz. Sabemos que para ciertos fenómenos - polarización, interferencia y difracción- se comporta como una onda, una onda electromagnética; en cambio, para fenómenos tales como el efecto fotoeléctrico, se comporta como un flujo de partículas, los fotones. Este comportamiento dual es inherente al concepto de luz, aunque, hemos de reconocer, no es una explicación muy satisfactoria. Además, para introducir más confusión, sabemos que las partículas, en determinadas condiciones, también manifiestan propiedades ondulatorias. Realmente curioso: ¿Cómo algo puede estar al mismo tiempo localizado (la partícula) y disperso (la onda)?
En definitiva, si se lanza una pelota de tenis sobre una pared todos tenemos muy claro lo que sucederá inmediatamente después del choque; en cambio, si lanzamos un fotón sobre el vidrio de la ventana, esto es un tanto confuso. Según los físicos, éste se encontrará simultáneamente a ambos lados de la ventana. Naturalmente, esto es intolerable para el pensamiento clásico, pero no lo es para la Mecánica Cuántica (M.C.).
Schrödinger, uno de los padres de la M.C., a través de la paradoja del gato, nos mostró el camino: el gato no está ni vivo ni muerto, está en otro estado. Cuentan que acudía a los congresos con su mujer y su amante; tampoco estaba en una ni en otra, estaba en otro estado. Actualmente, hablamos en términos de bits, no está en el estado 0, ni en el estado 1, está en otro estado: el qubit. Estamos hablando de ordenadores cuánticos y todo lo que ello supone. Por supuesto, quien sabe de fotones es Juan Ignacio Cirac, unos de los candidatos a Nobel en 2009 y actual director de la División Teórica del Instituto Max-Planck para la Óptica Cuántica en Garching (Alemania). Aunque nacido en Manresa, se formó en la Universidad Complutense de Madrid, donde realizó su Tesis Doctoral bajo la dirección del Profesor Sánchez-Soto. De lo que no voy a hablar es de los científicos que se van y de los futbolistas que vienen...
De todo esto, al parecer, la única certeza que nos queda es que hace muchos años, allá por el 36, en este país se fue la luz y, como en cualquier corte de fluido, volvió en el 75, cuando murió el difunto. Bueno, en realidad no se si volvió la luz o tan sólo encendimos una vela.
Y para vela, la de Creedence Clearwater Revival , en aquel inolvidable “Long as I can see the light”; ¡eso sí que era luz!.
http://www.youtube.com/watch?v=SFP5afPweVI
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