miércoles, 16 de diciembre de 2009

Don José María


Muchas veces hablamos de Don José María, con diferentes énfasis y distintas perspectivas, olvidándonos generalmente de contextualizar y obviando el papel que el franquismo asignó a la educación. Yo le recuerdo fundamentalmente por una redacción; se trataba de escribir sobre el carbón y dado que los cuadernos, después de un tiempo prudencial, seguían vacíos, Don José María optó por escribir él la redacción. Aún recuerdo el comienzo, un carbonero que trasladaba el carbón en un canasto. Ese día aprendí que las palabras tienen sonidos y que concatenando palabras adecuadamente se construyen sinfonías, se ordenan pensamientos y se amueblan cerebros. Nunca le di las gracias por ello y, francamente, se las merecía....ardua tarea la de "desasnar" mozalbetes.

La imagen corresponde a una entrega de premios en el salón de usos múltiples del casino; independientemente del rendimiento académico, regalaban un libro a cada alumno. El individuo que entregaba el libro era un cura, desconozco qué hacía allí, de sus enseñanzas nunca saqué nada en limpio, más bien todo lo contrario; al fondo, conversando, aparecen Don Francisco y Don José María.

No voy a hablar de la leche en polvo, de los sabañones, de los cortocircuitos en los radiadores, de la segregación, de aquella absurda enciclopedia, ni de los huevos que rompí en su garaje..., era una escuela gris, más gris que el cemento. Y aún hay quien se empeña en loar las bondades de aquellos tiempos...

Lamentablemente carezco de fotografías de Doña Rosa y Doña Elena, pero eso no significa que no jugasen un papel equivalente al de sus compañeros. Un saludo afectuoso a todos ellos.

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