Al final, después de tanto titubeo, llegó el frío y con él los recuerdos. ¡Cómo me gustaba volver a casa por Navidad¡ Eran tiempos de internados y, con las vacaciones, los trenes, un albur de estudiantes con maletas, una suerte de jóvenes risueños de vuelta al hogar.
A las 8, en el mesón; vaso de vino y pipas, qué felices con tan poco; palabras y, quizás, miradas, a saber; después, con el tiempo, fue café con leche y cigarrillos, empezábamos a huir, ya teníamos media vida fuera. Al final, palmó el difunto, el país cambió, el pueblo encogió y nos fuimos repartiendo por doquier.
A través del foro empiezan a llegar señales dispersas, desde California a San Salvador de Bahía, desde Londres a Barcelona, desde Rubí a las Islas, desde Monzón a Cádiz, pasando por Burgos y Madrid y, cómo no, desde Cantabria. Para todos, para unos y otros, para próximos y para distantes, para los que un día respiraron el mismo aire, el mismo viento del Norte, para los que llevan el marchamo de Mataporquera, para los que alguna vez supieron de su existencia, incluso para un tipo simpático que gusta iconizarse con un sombrero catite: felices fiestas y buena suerte, no sólo para el 2010, sino también para los años venideros.
Brindemos para que las señales no se dispersen....
P.D. No resisto la tentación de recomendar un villancico, en blanco y negro, de los de antaño; existen muchas opciones, pero me quedo, con vuestro permiso, con uno de Luis Aguilé, sin corbata, entrañable, del que conservo un grato recuerdo:
http://www.youtube.com/watch?v=QTdzjSPZv8g
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