Recuerdo que siendo niño tal efemérides se celebraba en primavera, desconozco el porqué, al igual que desconozco otras cosas de aquella época. Y puestos a desconocer, sigo sin dilucidar la vertiente científica de San Alberto Magno.
Encuentro dos aspectos contradictorios en la figura de San Alberto como patrón de la ciencia. En primer lugar, en sus citas no se encuentran aportaciones novedosas a las ideas científicas; sí, fue un estudioso, un recopilador del saber clásico, pero no se conoce ninguna ley, teorema o hipótesis científicas relacionadas con él.
En segundo lugar, dado el nefasto papel que la jerarquía católica ha representado en la evolución de la ciencia, frenando, escondiendo, reprimiendo y prohibiendo cualquier texto, cualquier idea que contradijese las “sagradas escrituras”, sorprende encontrar a uno de sus pastores como representante de los científicos. Realmente, esto no fue una elección de los investigadores, sino de Pio XII, quien lo declara patrono de los científicos en 1941. Sí, el Papa Pacelli, el de los nazis.
Naturalmente, existen excepciones...pero ni llegaron a ocupar puestos relevantes en la jerarquía, ni ascendieron a santos. Y todo esto porque en el calendario dice que hoy, 15 de noviembre, es San Alberto Magno, y, ya ves, sigo sin entender nada de nada, ni tan siquiera aquellos versos de Rafael Ballesteros
Tampoco entenderé el tiro de Gracia,
el tema 83, la Democracia,
el ácido sulfúrico, los ceros, el tacón,
las hambres, el casamiento orgánico.
De este mundo, los dos sabemos poco.
Y sin embargo, estamos aquí
obligatoriamente obligados a entenderlo.
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